miércoles, 2 de marzo de 2011

"Todo va a cambiar" Un relato de "Hotel desafío"

                                                          “Cada fracaso le enseña al hombre algo que
                                                                               debe de aprender.”
                                                                                                           
                                                                               Charles Dickens
    


                                                           








                                                 
                                               
                                                         Todo va a cambiar





Nuestro personaje se sorprende a si mismo mirando por la ventana.

        
Por un momento, por un solo momento, había conseguido dejar su mente en blanco.

Había logrado dejar atrás todos sus problemas: los más corrientes, los más

mundanos e incluso aquellos que no le dejaban vivir.
        

Es más de medianoche y él mira aún por la ventana: Ya nadie anda por la calle.

Piensa que en los meses de verano esta ciudad muere mucho más antes si cabe de lo

que suele hacerlo durante resto del año... 

Nuestro personaje, que podía ser cualquiera de nosotros, escucha blues mientras

mira por su ventana: Tan solo le inquieta la luz de esa vieja farola que siempre estuvo

allí,  en silencio…

-Hace demasiado calor-  Piensa mientras acaricia la última copa de vino que beberá

antes de acostarse y tomarse la medía pastilla para dormir. Como todas las noches, si

pero… -Hoy media-  Se dice si mismo.  Ha bebido y fumado demasiado y mañana no

quiere llegar tarde a su trabajo como ocurrió la semana pasada o la anterior...


Nuestro protagonista apura esa última copa de vino.  Le costo tomar el primer trago

como siempre le pasó, pero los siguientes vasos fueron entrando fácilmente...


Aún y todo le cuesta acabar esta última copa. Sabe lo que le aguarda después: El

Silencio. El techo en blanco de su habitación…Y el frío de su estrecha cama al lado

del cuerpo de la mujer que duerme con él desde hace ya tiempo. Aunque no se acuerda

exactamente de cuanto...  Como no recuerda el día en que se convirtió en un

desconocido para ella. Tampoco recuerda si fue en el último viaje, en el último avión,

en la última discusión; o después del último polvo en el que no cruzaron palabra

alguna…

Por eso nuestro hombre sigue apoyado en la ventana mirando las sombras que dibujan

unos murciélagos. Autenticas criaturas de la noche. Pequeños licántropos que con un

preciso vuelo van detrás de sus presas aturdidas por la luz de la única vieja farola que

funciona en toda la calle. Lo hacen en auténticos vuelos medidos que se desmarcan de la

más absoluta tranquilidad que reina en la calle, tan solo protegida por esa vetusta  farola

que tanto inquieta a nuestro amigo y que tan bien empieza a conocer...


Un último “blues” que habla de la "Tierra  Prometida" y de pecados redimidos al

llegar a ella. Un último sorbo, una última calada... Solo los murciélagos
       
se atreven a romper el ritmo de una noche tan tranquila. Una noche sin fin. Otra noche

más...Y nuestro hombre -que repito- podía ser cualquiera de nosotros, se gira hacía la

habitación apretando los dientes, cerrando los puños...



Y se jura que a partir de esta misma noche "todo va a cambiar..." 








                                   De mi libro inédito de relatos: "Hotel Desafío"
                                   Ilustraciones de Benit Ash





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